De nada sirve ir a más velocidad si los recuerdos te encadenan.

5 de enero de 2012

Este año os lo pongo fácil y sencillo, decidido;


Lo más útil que tengo son diez dedos, un hemisferio del cerebro y un orgasmatrón.
Nunca fuí capaz de describirme, pero me quiero todos los días.
Mis padres me quieren y yo a ellos, pero nunca nos entendemos,
siempre quisieron un tipo de hija al que yo nunca respondí adecuadamente.
No me suelo mirar al espejo, pero cuando lo hago intento mirarme fijamente a los ojos, y reconocerme. Es un ejercicio aparentemente sencillo, inténtalo.
Me pierde la comida basura, las cámaras de fotos, los libros y los hombres.
Soy de tentaciones sencillas y fáciles de satisfacer, pero peco pocas veces.
Soy cobarde, adicta a la huída. Temo al compromiso, pero nunca lo descarto.
Detesto el romanticismo clásico, las barcas con luces, los mariachis, la ópera, las primeras citas, los pétalos de rosa y las joyas caras. Pero me encantan los ramos de flores.
Mis mayores defectos son el despiste y mi gran necesidad de independencia. Mis virtudes la paciencia y la positividad.
Me gusta mi sonrisa, casi nunca la malgasto.
Me gusta la ropa cómoda, y a veces, incluso consigo ir guapa.
Me gustaría ser sencilla, pero no es tan fácil.
Me apasiono de manera repentina, soy la persona más inoportuna del mundo, y odio la bipolaridad.
He tenido varios romances bonitos, que han merecido la pena, y también he tenido unos cuantos que se han marchitado, a esos ni siquiera les llamaría romances. No soy de las que tienen una película favorita, todas me inspiran y me emocionan de formas diferentes. Tampoco tengo un color favorito, pero sé cual es el que mejor me sienta. Me gusta tumbarme en el sofá sin hacer nada, mirar al techo y sentir que no estoy haciendo nada, que el mundo gira, y no me necesita. Me encanta salir a la calle y creerme Dios, mirarme en los portales y reírme de como ando, me gusta que las cosas cambien y admirar que hay personas que no lo hacen. Me dedico a estudiar a las personas, su forma de expresarse, el porqué de su comportamiento o actitud respecto a las cosas que les importan, y respecto a las que no. Me gustan las personas, sean todo bondad o sean de lo más hijas de puta. No intento entenderlas, sólo admirarlas. Admirar su labor en el mundo, su manera de ver la vida, la forma de sobrevivir que tiene cada una. Eso sí, ante todo, he decir, que me admiro a mi misma.
Aquí me tienes. No hay trampa ni cartón.
En su huída se encontrarán con una chica que está segura de amar, pero no de comprometerse a amar para siempre; con una mujer perturbadora que vive sola con una ciega que nunca quiso trabajar y acabó cultivando las rosas más bellas.

Inspírate

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