De nada sirve ir a más velocidad si los recuerdos te encadenan.

29 de abril de 2011

Hay cosas que cuestan encontrar, o mejor dicho, cuesta darse cuenta de que las has encontrado.
Hoy te veo aquí, y en lo único que pienso, es en tu forma de pensar; lo único que digo, es lo que dices cuando no dices nada. Y si, a mi izquierda o a mi derecha, estás aquí; cerca, pretiño, conmigo.

'-No te duermas, espera, sólo un poco, un poco más...'

Dios, me estás comiendo el coco de una manera impresionante, y no tú, sino yo, es decir, este 'nosotros'; es tremendo el huracán que formas aquí, el cacao mental que radicas con unos besos y un par de caricias, el Big y el Bang, el pro y el contra; todo, lo construyes, lo derribas y lo arreglas, tú.

23 de abril de 2011

Querido 23:

Tras algunos años de incoherencia arrastrada por la melancolía y la nostalgia que te caracteriza, has vuelto a aparecer, para darme otro quebradero de cabeza. Esta vez, en marzo. No has elegido mal, es un mes que llevo en la sangre. Este en concreto, no ha llovido mucho, ha sido más bien soleado, no lo has hecho tan mal.
Has querido salir otra vez de la cajita de cenizas dónde te enterré, por ahora, lo has hecho bien, ha sido un mes impensable, de estos que te hacen sentir mejor persona, de esto que dices 'qué cojones! quiero otro así', lleno de historias, anécdotas, incendios, pinchazos, pinchazones, fuego y calma.
Contigo a mi vera, temo que algo salga bien, pero tengo la esperanza, de que ésta vez aparezcas para hacer algo de provecho, y no lo que llevas haciendo hasta ahora. Confío en ti, una vez más.





19 de abril de 2011





No sé sentir si tú no estás dentro, no sé qué es un parpadeo si no eres capaz de demostrarme que sigue existiendo ese moviemiento. No es sencillo tener un nudo en la garganta a pesar de que las cosas surjan mejor de lo planeado, no es sencillo verte sin sentir; sin sentir, sin más.
Nostalgía, melancolía, agobio, terror, estrógenos, gas, fuego, calor, nerviosismo, música, aprieto, juntos...separados. Juntos eramos enormes, y ahora, bajar desde aquel universo, es una sensación horrorosa, es bajar en picado, caer desde un precipicio, a sabiendas de que tú no estarás debajo, de que tú no caes conmigo. Una vez aquí, me acostumbro al olor del siguiente colchón, y a las imágenes mediocres que inhundan la habitación, se está bien, no te voy a engañar, pero te echo de menos.
He aprendido a salir a la calle con la esperanza de que algo nuevo me queme, y lo destruya todo, pero por ahora, sólo me sé la teoría. Parece sencillo.
En su huída se encontrarán con una chica que está segura de amar, pero no de comprometerse a amar para siempre; con una mujer perturbadora que vive sola con una ciega que nunca quiso trabajar y acabó cultivando las rosas más bellas.

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