El lugar dónde pierdes el sueño
28 de enero de 2014
15 de diciembre de 2013
Tienes un corazón que centrifuga cada mes, y te escurres las ganas a base de retorcerte el alma, de manera que ésta quede seca y limpia, como si nada ni nadie la hubiese empapado.
Paseas tranquilo, por orillas extrañas.
Bebes de fuentes que ni siquiera sabes que te pueden traer.
Corriges tus pasos a medida que la experiencia te ensucia los zapatos,
y te aprietas los cordones cuando pierdes el equilibrio.
Te da lo mismo recolocarte una y otra vez la cabeza, el corazón,
te reconstruyes y no te importa qué o quién dejar atrás.
No perteneces a ninguna parte, pero quieres algo o alguien que te pertezca.
7 de diciembre de 2013
30 de octubre de 2013
26 de octubre de 2013
Carta de parte de todas mis catástrofes.
Sabes que te quiero, pero hay algo, que no has sentido en tu pecho, hay una agitación compulsiva de cabeza y corazón que no has palpitado en tus costillas, y yo sí. Ese es mi pero. Y otra vez yo, y otra vez mi caos, otra vez mis ganas. Esta vez, la última de las veces.
Sé que saldremos de aquí, sé que saldremos cada uno a su manera, y que no caeremos en el olvido que los demás solicitan para nosotros. Sé que la vereda de la puerta de atrás no será la última que haya cantado contigo, y sé que tu sonrisa no dejará de acompañarme en mis triunfos, que seguirás compartiendo conmigo, al menos, un recuerdo. El mejor.
Espero que algún día, podamos decir, sin ningún pero, que estamos orgullosos de esto.
25 de junio de 2013
u can fly
Escribir te cura el alma, hace que poco a poco se recomponga. Cuando escribes echas fuera todas esas toxinas que no son físicas, sino que van más allá, dicen que las peores. La angustia, la nostalgia, la melancolía, la tristeza; toxinas que hacen que te mueras por dentro si no las expulsas tarde o temprano.
Cuando escribes y escribes desde el corazón, eres libre, vuelas, y tu alma vuela contigo y por un momento, se vuelve azul, azul mar, azul cielo, azul libertad. Pero siempre hay un pero, y este, habla de que a veces, para llegar a sentirte así, para poder volver a sentirte vivo y libre de esas malditas sensaciones que no te hacen avanzar, necesitamos abrir en canal el corazón, abrir incluso los pulmones para poder respirar profundo, y enfrentarte a todo lo que tienes dentro; ese es el paso más doloroso. Plantarle cara a tus penas, rechazo a tus inseguridades, esperanza al futuro y asimilar el pasado. Cuando nos abrimos por dentro, frente al espejo, frente a un millón de fotos, frente al hogar, ahí es cuando ponemos a prueba nuestra valentía, esa que nos hace avanzar, levantarnos, hacer locuras. Esa valentía, es la materia prima de las piedras que componen nuestro camino, y no podemos tenerle miedo al papel en blanco, por que al fin y al cabo es sólo papel, y esas toxinas, sólo son eso, malas sensaciones. Nosotros, el ser humano está por encima de ellas, aunque de vez en cuando nos vuelvan más débiles, tenemos el don de no rendirnos, de ser más fuertes que las constelaciones planetarias, somos capaces de inventar alternativas y de construír a base de tripas hechas corazón, un nuevo rumbo.
Si te libras del miedo, puedes llegar a escribir la historia más apasionante, la tuya propia, única e irrepetible.
13 de junio de 2013
Respirar
Tengo mono. Mono de escribir. Hoy sentada en la arena, entre un montón de conchas con diferentes texturas, unas más rugosas, otras lisas y mojadas... me quedé colgada del escalofrío que te recorre el cuerpo cuando la ola alcanza la punta de los pies y te invade hasta el ombligo, tan de repente. La carne se te pone de gallina, el alma se encoge, los huesos se enfrían y sin embargo, una carcajada rompió el silencio de la marea. Me empecé a imaginar como sería mi vida sin esa sensación y la verdad, es que no fui capaz. El oxígeno que mueve mi sangre, lleva incrustado el olor de la salitre, y cuando estoy lejos de él demasiado tiempo, un imán me trae hasta él, aunque me muera de sed. Supongo que la vida nos regala ciertos encantos, ciertas sensaciones e imágenes para que nos las llevemos a la tumba con nosotros, y eso me reconforta, aun no sé en qué medida, pero lo hace. Igual que escribir.
Cuando escribo me siento libre, desahogada, furtiva, salvaje, creativa, sueño. Cada uno tiene su forma de quedarse aquí, vigente, su manera de dejar huella. No te creas, todos lo hacemos, todos intentamos dejar algo para no pasar desapercibidos por la historia, desde el amor que demostramos hacia otra persona, hasta una fórmula matemática divina e iluminada. Yo, hoy, o quizás mañana, escribiré, cuando la angustia que me acabo de crear a mi misma al hablar de algo tan trascendental se largue. (esto me pasa mucho, así como escribir ayuda a librarte de tus miedos, a veces, tiene el efecto inverso y es una putada).
En realidad, quería comentarte, que deberías de buscar tu escalofrío, aunque solo dure medio segundo, encuéntralo y te encontrarás a ti. Después si quieres escribir, me lo cuentas, eso ya es cosa tuya.
14 de mayo de 2013
Sabrás de sobra que no doy el corazón a torcer con facilidad, por no decir que si alguien lo consigue sería un verdadero mérito digno de algún tipo de premio. La recompensa es sencilla, simple, cotidiana. Los hay que se quejan de la rutina, de las tareas domésticas, de el camino a casa, de los billetes de ida y vuelta. Desde mi punto de vista, la rutina no es una ventaja, pero sí una garantía. Yo voy de aquí a allá todo el rato, y te puedo jurar con la mano en cualquier parte, que es agotador. Mi sitio está en muchos lugares, mi cabeza me la he dejado en alguna parte insospechada, y el alma la tengo guardada en un bolsillo de alguna chaqueta que solo me pongo cuando quiero dar el pego. No te voy a decir que mi vida es aburrida, ni mucho menos que esté vacía. Está desbordada de recuerdos, sentimientos y un montón de vasos medio llenos y medio vacíos. La desventaja, el gris, lo encuentras aquí, en estos momentos dónde te tengo que explicar, porqué tengo un bloque de cemento en la arteria que llega al corazón, al punto de ebullición dónde alguien pretende invadir un pedazo de mí. Para que lo entiendas, yo estoy compuesta de un montón de partes minúsculas, y la mayoría de ellas se han quedado por el camino, las he regalado sin pedir nada a cambio, no me arrepiento, pero ahora, solo me queda un trocito, tan minúsculo como los demás. Se supone que tengo que hacer de tripas corazón, e ir recomponiéndome a cada paso, tras cada caída, y lo estoy intentando. Quizás te tenga que pedir paciencia, o tiempo, o sabe dios qué. Quizá no tenga que pedirte nada, quizás desistas y te largues, lo entendería. La cuestión es que estoy segura de poder dar lo que un corazón solitario como el mío pide; cosquillas, afecto, e idioteces varias. Sólo es cuestión de coger fuerzas y ganas para abalanzarme de nuevo. Si consigues que vuelva a creer, si consigues hacerme arder, con ropa o sin ella, te garantizo una rutina maravillosa, una rutina de las de verdad, con sus vueltas a casa, sus cenas con vino y los placeres de las pequeñas cosas, o si lo prefieres, podrás perderte conmigo.
2 de mayo de 2013
We're
Me han repetido ciento cincuenta mil setecientas veintidós veces que no todo es tan grande como imagino, que más perdimos en Cuba, ya sabes. Una vez más me veo obligada a repetirles, que como humanos tenemos la capacidad de vernos afectados por cosas tan ínfimas como el vuelo de una mosca, y tenemos todo el derecho a ello. Somos estúpidos por naturaleza, somos capaces de reírnos por la cosa más ridícula y vanal del universo, somos estúpidos en cada gesto, cada vez que gritamos, discutimos, lloramos, queremos y follamos. A cada paso, aumentamos nuestro umbral de estupidez. Pero dime, mi amor, que es la vida sino una sarta de estupideces.
Cuanto más estúpidos más humanos, y por lo tanto, yo te quiero así, humana.
Sé tan estúpida como quieras, ríe conmigo y llora, dedícate a tu estúpido ego hasta querer casarte contigo misma, y yo te admiraré por ello. Total, soy otra estúpida más con ganas de ponerle dos dedos de frente a este mundo, que cada vez, me sorprende menos.
Te requiere, Sari.
7 de abril de 2013
Cuando me quieras, ya no te querré.
20 de marzo de 2013
Maldita sea, no hay dios que te entienda.''
18 de marzo de 2013
23 de febrero de 2013
13 de noviembre de 2012
28 de julio de 2012
30 de junio de 2012
29 de junio de 2012
13 de junio de 2012
De flanes va la cosa:
29 de mayo de 2012
Puse las cartas sobre la mesa, como fruto de un ridículo delirio.
No fue un error, en tus ojos adiviné tus deseos, y la botella trajo consigo la furia que desató el huracán de las sábanas. Si acaso pensabas que buscaba otro fin, puedes darte con el canto en los dientes.
Solo pretendía hacerlo a mi manera, me gusta convertir en arte, el caos que se dispara de la nada,
universos que sin gente como tú, me sería imposible crear.
Eres mi pasatiempo favorito, y tus deliciosas pestañas la guinda del pastel.
Conocerme a través de ti, es la mejor idea que he tenido jamás.
19 de mayo de 2012
...y entonces grité.
Soledad está quieta, siempre dispuesta.
Soledad come contigo, hace el amor contigo cada noche, y te despierta con un pequeño susurro.
Soledad escucha.
Soledad va, pero siempre vuelve.
Soledad te quiere, te mima.
Soledad te dá libertad, y corre contigo, ríe contigo.
Soledad llora tus lágrimas, y se guarda tus palabras.
Soledad te abraza.
Soledad te abraza mucho.
Soledad te rodea con sus tinieblas, con su cielo y su infierno.
Soledad te ahoga.
Todos locos.
Quizá sea mi patética necesidad de independencia, de que mi cabeza ande loca motorizada por los humildes latidos de mi estúpido corazón.
Quizá esté construyendo un fino muro a mi alrededor, translúcido, tras el que solamente se ve la hoguera que llevo dentro.
Quizá mis ojos no quieran mirar la realidad que me cae encima cada vez que escribo un verso, y mis brazos se levanten por ciencia infusa en vez de por una razón coherente.
Quizá tengo la sonrisa perdida, quizás me esté escapando yo, quizás soy yo la que esté huyendo.
Quizás mañana tenga un motivo por el cual cambiar, pero os juro, que llevo diecinueve años buscándolo, y además de no encontrarlo, os juro que he intentado inventarlo. He intentado cambiar basándome en la nada, y por más que lo intento, no me sale.
No puedo ser otra persona, no puedo ser ese tipo de persona con el cual os vieseis toda una vida. No soy esa persona, no soy de las que piensas 'me casaría con ella', no lo soy, pero se os escapa algo que a mi no, y en eso voy con ventaja, no-pretendo-serlo.
13 de abril de 2012
25 de marzo de 2012
00:00
Tenemos la maldita costumbre de creer que por pensar en un futuro, éste será mejor. Hacemos miles de planes con la esperanza de poder cumplirlos algún día de nuestras activísimas y diversas vidas. Loterías, trabajos, relaciones, herencias desconocidas y sueños (im)posibles. Cada cual con sus peculiaridades y antojos. Nos sentamos y movemos el mundo a nuestro parecer, abrimos la mente e intentamos comprender al resto, y ala vez planteamos una estrategia de cómo lucharemos en su contra. Queremos hacernos un sitio en el mundo, y confiamos en que la gracia divina estará de nuestro lado. Maldita sea, vivo en una sociedad de ‘Soñadores sin fronteras’ y no te lo voy a negar, es una sensación magnífica. Sin embargo, veo como el tiempo se consume, cada hora que invertimos en planificar nuestras vidas, se larga sin preguntarnos a dónde se dirije, y nos quedamos con el culo encajado en esperanzas que ni siquiera tenemos aseguradas. El tiempo se larga, y seguimos sentados frente a servilletas llenas de garabatos y listas de cosas que hacer antes de morir. Todo esto, para que al final, la vida, tenga otros planes para nosotros. Todo esto, para que cuando nos miremos viejos y podridos delante del espejo, pensemos ‘que jodida es la vida, qué larga parecía y qué pocas cosas me ha dado tiempo a cumplir’.
Solo saco dos conclusiones en limpio de todo esto: Una, dejaré de hacer planes en una servilleta, y dos, que nadie nunca me arrancará mis sueños de las manos, porque sin ellos, sentada en una silla o montada en un avión, no sería nadie y mucho menos podría tener fuerzas para esperar algún futuro por muy incierto que sea.
7 de marzo de 2012
Me sé cada uno de los versos que utilizabas para dormirme. Repito la acentuación, las paradas entre estrofa y estrofa, los suspiros e incluso recuerdo tu piel caliente de gallina literalmente excitada. Tu brazo en mi espalda, y en tus manos hojas desgastadas, en las mías pura adrenalina, puro placer.
Cierro los ojos, me cubro, me arrejunto a la almohada. La maldita rutina de todas las noches desde que 'la adrenalina duerme en camas separas'.
1 de marzo de 2012
20 de febrero de 2012
8 de febrero de 2012
3 de febrero de 2012
5 de enero de 2012
Este año os lo pongo fácil y sencillo, decidido;
27 de diciembre de 2011
Cada vez respiramos un poco más profundo,
5 de diciembre de 2011
Que nadie me llame cobarde, sin saber hasta dónde te quiero.
2 de diciembre de 2011
2 de noviembre de 2011
Maldita sea;
Detesto esa ficticia premonición de los signos del zodíaco, las predicciones del tiempo y las películas que te hacen esperar un sinfín de sueños cumplidos, sin embargo, miro el zodíaco todos los días, consulto el tiempo para saber si ponerme botas de ante o botas de piel y puedo pasarme tardes entera viendo películas que me recuerden porqué nos gusta tanto la filosofía sobre la vida. No sé si es contradicción o pura hipocresía, supongo que todos necesitamos creer en algo, algo que nos diga que puedes acertar en cualquier momento con una decisión repentina, yo que sé.