En tu piel está el botón que activa el fondo del colchón,
en tu ojos mis ganas de leer la vida con los ojos cerrados,
en tus manos la capacidad de palpar el braile las arrugas de mi piel,
en tus pies el camino para escapar del lugar que los demás quieren para nosotros,
y en tu sonrisa la razón para decirle al miedo que eche el freno de mano,
que con nosotros, ya no tiene nada que hacer.