Aquellas personas que lloran por dentro, gastan el triple de energías que esos que lo hacen a lágrima descubierta. Pobres desdichados los que sufren en el más remoto disimulo, aquellos que sonríen y dan la mano, mientras su espalda soporta toneladas de material lacrimógeno; aquellos que no sois consumidos por la destreza de la oscuridad y venceis a la ira con un suspiro de esperanza. Os digo desdichados porque en mi caso, me vence el papel y el arte, no he sabido llevar mi fracaso por dentro, no he sabido consumir mi intelecto buscando una esperanza, por lo cual, os envidio. La ira me enciende cada vez que hablo de vosotros, impasibles. Me temo, que es admiración lo se esconde entre estas palabras, y es el sarcasmo, quién reina las siguientes:
¡Benditos seais esos que llorais y sentís el aplauso del resto del mundo!
Pd: Vuestra ex-amante