De nada sirve ir a más velocidad si los recuerdos te encadenan.

18 de octubre de 2010

A tientas



Descubrimos que las palabras que no existen, nos pueden salvar.





Y puede que todo sea mucho más fácil si las palabras no las ponemos como protagonistas, si nos dejamos vencer por la fuerza del pecho, si nos tomamos esto quizás con un poco más de calma y un éxtasis de confianza.
Nada quita que mañana nos lancemos las zarpas y nos cosamos a puñales con nuestra propia perdición, donde decimos que no somos nosotros los que controlan lo que ocurre con el resto del mundo, pero quizás, y recalco el quizás, mañana ya no tengas la luz y la música que tienes ahora, y todo haya cambiado. Procuremos que todo sea válido y mantengamos la esperanza, por mínima que sea, de sufrir esto juntos, porque ahora mismo, aquí, juntos somos un tornado de verano, dispuesto a arrasar con el sofá.
Hoy te quiero, mañana seguramente más que hoy, pero por si acaso, he comprado sábanas nuevas y una playa, aunque sea invierno.

12 de octubre de 2010

Ya sé que estoy lejos, pero me apetece escribirte, de una vez por todas me he decidido a tirar mi esperanza al contenedor común del que hablabas hace unos días. Mi sueño no me diferencia, parece ser igual al resto de falacias mortales, y literalmente, paso.
Hacías que todo fuera especial, la galleta de vainilla, el salón de todos los días... pero ahora nada es como era, y míralo, el mar sigue ahí echándome de menos, para que vuelva.
Me vuelvo a los amigos y a la cerveza, a las fotos de vida maestra.
Cuando decidas volver, por el camino que sea, llámame, alguna parte de esto que tengo dentro, te lo agradecerá. Ya que sin tí, todo es tan grande...







y de repente, tan pequeño.

9 de octubre de 2010



Llamémosle compromiso, pongámosle pegas, solicitemos un mundo hipócrita por unos minutos,
pero en el momento de celebrar que ya ha pasado un año desde la anterior vez que te ahogaste en tu propio deseo, te das cuenta de quien te levanta por las mañanas, quien te hace quedarte dormida en el sofá y por supuesto, te hace recordar que no estás sola, que hay cosas que por muchos años que pasen siguen siendo libres e importantes.
Mis felices, son tuyos, te echo de menos, pero sigo aquí, celebrando que cada minuto cuenta.




(Ataque de razonamiento subjetivo)

4 de octubre de 2010





A medida que andas, a paso lento pero intentando apurar, ves tus condiciones rendidas a tus pies, intentando decirte algo que ni siquiera te apetece escuchar; ya estás otra vez intuyendote, menudo mierdas. Y levantas la mirada y confundes el olor a gasoil con el olor de casa, febrero y ardes, ardes inmediatamente después de invadirte, pero sigues arrastrando los pies. Aún tu nariz recuerda el olor del café que acabas de compartir con ella, ella te arrancó la sonrisa con una especie de broma mientras jugaba con las manos y las piernas intentando entrar en calor, ella te sacó del incendio que llevabas dentro, aunque sólo fuese por una milésima de segundo y lo peor, es que apenas sabrás agradecerselo, porque ni te compras ni te vendes, ni rifas tus condiciones quizás por miedo a que alguien esté dispuesta a comprarlas, y no pronuncias su nombre porque sabes que el instante siguiente será para ella y el siguiente, y el siguiente, y no quieres pertenecer a otra persona, eres tuyo y sólo tuyo, menudo imbécil.

Eres ella, por dos razones,una porque tu sonrisa te quema sin su gracia, y dos, porque seguirás caminando con el único fin de perseguirte y no, no te encontrarás. te has quedado en el café y ni siquiera te acuerdas.



Deberías de empezar a correr.

3 de octubre de 2010

Te desayunaría todos los días

El paraíso en su boca.

Dime que tengo que hacer si te echo de menos;
Acariciar la tecla de llamada para saber que no voy a encontrar respuesta, mojarme los labios sin pena ni gloria o cojerme el primer tren que salga en tu dirección. Dime que es lo que tengo que hacer, porque no puedo más cuando me dices 'tus ojos siempre serán del mismo color, claros y bellos', eres como el sol de invierno, quieres que llegue pero tienes miedo a engancharte porque sabes que en algun despiste se irá y no volverá hasta pasados los meses, a los cuales no sabes si llegarás. Y siempre, en el intento torpe, torpísimo, se me cuela la dosis de morriña que juraste no darme, y ahora qué.
Ahora busco una gota de lluvia que no sea tan necia como las demás y que no lleve tu nombre, y no hace más que llover y cuánto más llueve más apareces y es totalmente imposible parar esta rueda ahora que ya la has lanzado, y solo me queda encojerme o echar a correr, volver de vuelta otra vez para que me digas otra vez eso de que mis ojos, y de vuelta otra vez a la tentación de llamarte.
Cada vez lo haces más raro y cada vez, llueve más. Joder.
En su huída se encontrarán con una chica que está segura de amar, pero no de comprometerse a amar para siempre; con una mujer perturbadora que vive sola con una ciega que nunca quiso trabajar y acabó cultivando las rosas más bellas.

Inspírate

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