Repetimos los errores, que si antes eran grandes ahora son enormes. Lamentamos no tenernos el uno al otro y darnos flores que nos alivian un instante, cambien todo, y nos perdonen. Nuestra falta de cabeza es peor que la pobreza porque no nos a dejado a deber nada.
De nada sirve ir a más velocidad si los recuerdos te encadenan.
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En su huída se encontrarán con una chica que está segura de amar, pero no de comprometerse a amar para siempre; con una mujer perturbadora que vive sola con una ciega que nunca quiso trabajar y acabó cultivando las rosas más bellas.
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