Hablemos de personalidad:
La opinión es la imagen de nuestros pensamientos, y la podemos dar a conocer en cualquier momento, o lugar.
Cuando esta opinión puede influír o ponerte de un lado o de otro, hay que cuidar las distancias, los márgenes y cuando es necesario saber callarse.
Quizá el mundo gire en la dirección que no quieres o no te conviene,
pero creeme, es mejor mantenerse quieto, sin ver-mirar-oír.
Hoy he aprendido que sólo he de gritar cuando me toquen a mi, cuando esa opinión toque lo que de verdad me importa y cuando yo considere que es necesario.
Hablar por hablar es demasiado fácil y más si sabes, que no vas a cambiar nada.
Hemos puesto al límite esta situación y ahora, para mantenerte firme
ante unas manos que no son las tuyas ni las mías, solicitas llamada.
Algún día, me gustaría ser tan valiente como tú.
Tengamos personalidad:
¿Quién gana?
PD: Quédate conmigo otra vez, que ahora, tengo frío.
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