De nada sirve ir a más velocidad si los recuerdos te encadenan.
19 de noviembre de 2009
siempre se me ocurren cosas bonitas cuando miro a los señores mayores siendo amigos,
seguro que se gritaron muchísimo durante toda su vida, tanto que de tanta luz se llegarían a odiar por unos minutos, seguro que se regalaron flores, chica o chico, seguro que pasaron noches sin dormir, y se soñaron mutuamente.
A veces tengo prisa por vivir, vivirla rápido, para despues recordarla, sentada en el banco de las mañanas, viviendo de la pensión.
Quizá me resista a lo verdaderamente bonito, que es vivirlo todo, no sin más, sino con menos. Pero el corazón me pide vacaciones.
Tengo miedo a gastarlo demasiado, hasta el fin de no querer recordar.
Tengo miedo de ti, de mi, de todos un poco, de mis riesgos, de su sonrisa, de esos abrazos, tengo miedo al miedo y me entra arena en los zapatos mientras pienso tanto.
Y el reloj sigue corriendo, y la canción se acaba, y el humo se va, y no vuelve y el tren pasa,
y sigo parada. Calle melancolía la llama.
Quiero aprender a tocar(te) la guitarra, para que el tiempo pase más despacio
y por fin te pueda guardar en una caja.
Y nosé como lo hago, pero hable de lo que hable, escriba de lo que escriba, siempre termino enseñándote a ti.
Estas en todas partes, y si no estás, me echo de menos hasta a mí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
En su huída se encontrarán con una chica que está segura de amar, pero no de comprometerse a amar para siempre; con una mujer perturbadora que vive sola con una ciega que nunca quiso trabajar y acabó cultivando las rosas más bellas.
Calle melancolía :)
ResponderEliminarTan sólo seremos libres cuando no haya más que perder; te quiero Sarita :)
ResponderEliminarhermoso blog. Relaja mucho jaja.
ResponderEliminarVoy a seguirte para continuar leyendo. Un beso enorme *-* .