He sentido cosas preciosas y cosas rarísimas, que incluso tenían apariencia de ser decentemente aprovechables y porque no, memorables pero no he vuelto a notar ese gusanillo, esa cosita que te entra cuando tú te acercabas, me ponías la mano debajo del brazo, rozando cada costillita de las mías y me decías con muchísimo aire en los pulmones y a gran escala que me querías.
Era impresionante ver como te deslizabas entre las sábanas sin apenas desabrocharte de mi espalda, y estabas para comerte cuando te hacías el granuja y echabas la lengua a modo de rebelde sin causa, soltabas alguna tontería y me dejabas rota.
Te quiero por llevarme a esos sitios dónde la gente no suele meter sus narices, y esconderme del resto del planeta para montarnos uno propio. Pero sólo por eso, porque no has echo nada más.
Era impresionante ver como te deslizabas entre las sábanas sin apenas desabrocharte de mi espalda, y estabas para comerte cuando te hacías el granuja y echabas la lengua a modo de rebelde sin causa, soltabas alguna tontería y me dejabas rota.
Te quiero por llevarme a esos sitios dónde la gente no suele meter sus narices, y esconderme del resto del planeta para montarnos uno propio. Pero sólo por eso, porque no has echo nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario