Y cumplir, ya sea con tu vieja o tu parienta, cumplir.
Cumplir con uno mismo, apartándose del vicio, que mal visto es un capricho, y a mí, me hace inmortal.
Cumplir con tus 49 recién vividos, soplar, cruzar los dedos y blasfemar para que los siguientes vengan con la misma velocidad;
y así, de año en año vamos cumpliendo con esta relación de juez y parte que desde enana me enseñaste, y hoy pretendemos demostrar, haciéndonos los duros, con una mueca en la cara, un 'baja la persiana' y volvemos a empezar.
Felicidades, papá.
A por los cincuenta.
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