Definitivamente, vuelvo a casa
y las calles están solas,
los semáforos juegan al escondite,
dirijen a los pocos que, como nosotros, vuelven.
La navidad hace estas cosas.
Todo está solo, todos están juntos en casa,
pocos o muchos, pero todos pegaditos,
para no perder el calor, para que las estrellas estén a lo suyo,
para ser egoístas, para llenarse de algo que sin quererlo necesitan.
Ahí estan, las dos camapanitas en la ventana,
parecen enamoradas, están encendidas, no pierden el tiempo... y yo, las miro, las miro lo que puedo hasta que cojo la curva, y otro coche, mira cómo vuelve, qué de luces...
Hace tanto frío otra vez, que aquí el corazón me pide echarte de menos, son las seis de la mañana, y estoy volviendo a casa, es navidad, y te estoy echando de menos,
fíjate a dónde he llegado.
Otro coche, también vuelve..
Todo parece moverse, el verde y el rojo se intercala con el naranja, y
yo quiero volver, sólo eso.
Al fin y al cabo, todos acabamos así, viendo la carretera a nuestro alcance,
el frío comiendonos el coco, la morriña tirando de las lágrimas ...te quiero.
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